quarta-feira, 26 de novembro de 2008

A mi amigo



Lo llamé ayer, en vano.
Sabía que no lo iba a encontrar.
Sabía que ya estaba lejos de la asfixiante Bogotá,
lejos de esos esquemas, esas cuadrículas
Y que estaba buscando el mar.

Lo llamé porque le queria decir que lo entiendo perfectamente,
cuando me decía que queria vivir en Rio por el mar


mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar mar


Fui a Paraty el fin de semana, no sé si ud vino. Es una pésima y ridícula analogía, pero podría decir que es un Villa de Leyva con mar; mejor aún, un hijo de Cartagena con Villa de Leyva, pero portugués.


Estar en el mar fue una de las cosas mas reconfortantes para mí en este año.


Y me duele inmensamente no haberlo llamado antes, ni tampoco haberle escrito.
Me cogió en una época turbulenta; São Paulo junto con mi vida se han vuelto algo caótico, desordenado, rápido y complicado.
Me he vuelto muy complicado.
Y huraño.

Me dijeron que estaba en Caracas;
respóndame, dígame que el correo llegó a sus manos
Y prométame que cuando llegue a la playa, se fumará un porro en mi nombre,
así como lo hice con el suyo.

Buen viento, y buena mar

Sem comentários: