quarta-feira, 18 de fevereiro de 2009

MAGO.doc (c. I p. 2)

Esa noche cuando llegué al castillo, me di cuenta que mi vida iba a cambiar para siempre. Arribé a esa ciudad huyendo de los problemas que me atormentaron por más de dos años, después que mi madre se fuera y dejara que La Comunidad se desintegrara. Eran como las cuatro de la tarde, pero llovía de tal manera que el cielo estaba muy oscuro, y el ambiente se sentía tan extraño y pesado como el de una noche sin luna. Anduve por muchos lugares esa tarde, buscando un lugar donde poder dormir; sin embargo, no encontré nada propicio, y la gente de aquella minúscula ciudad me trataba de una manera hostil, como tratan a cada extranjero cuando llega. Después de caminar durante horas, decidí pasar la noche en un callejón de oscuras casas, amparado por la luna llena y mis tristes recuerdos. Estaba a punto de quedar dormido cuando apareció una luz brillante frente a mis ojos que me cegó por unos segundos, para luego quedar embelesado al observar tres hermosas mujeres con vestidos grises; aquellas mujeres se acercaron a mí, tomaron mis cosas y las pusieron en una carroza, mientras me acomodaban en la parte delantera, en asientos agradables y acogedores.

1 comentário:

Rodrigo SA disse...

ya se acabó???
yo quiero más