terça-feira, 3 de novembro de 2009

El duende alado de las tormentas élficas se encontraba en un embotellamiento cuando el policía le pidió su identificación; el duende le entregó su luciérnaga guía, la misma que había tenido desde que tenía memoria, pero el policía no entendió y se enfureció, pidiéndole su cédula o algún documento. Como en el bosque donde vivía no habían documentos y él no sabía lo que era una cédula, fue detenido y preso en una celda oscura y alejada. El duende murió poco después de salir la luna llena, por una infección crónica de melancolía.

1 comentário:

Rodrigo SA disse...

me gustaría que uno no se pudiera morir de melancolía crónica